Epicuro escribió muchísimas obras, aunque en la actualidad sólo poseemos: la Carta a Idomeneo (que es a la vez el testamento de Epicuro, pues fue escrita el mismo día de su muerte), la Carta a Meneceo, la Carta a Herodoto así como la Carta a Pitocles y las Máximas capitales y los Escritos Vaticanos, siendo estos dos últimos una serie de máximas y sentencias breves.
"Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres, si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre. Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo
malo como de un bien"
malo como de un bien"
Este fragmento, pertenece a la Carta de Meneceo, una obra hedonista, escrita por Epicuro de Samos en el siglo IV a.C. La idea principal reflejada en este texto es que la felicidad se obtiene mediante el placer y que no siempre el placer se puede conseguir del mismo modo, sino que un dolor, a la larga puede convertirse en placer.
En la actualidad continuamos buscando la felicidad en el placer, y rechazamos aquellos bienes que nos pueden provocar un mal mayor. Para saber elegir qué tipos de placer queremos escoger valoramos las consecuencias que se deriven de éste.
2 comentarios:
El comentari és molt pobre i no s'ajusta a les orientacions.
Continua igual. Llàstima
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